Aviso importante

Amigas y amigos:

El sábado pasado Nancy pasó por una terrible situación, por lo que no va a poder estar con ustedes por 1 mes aproximadamente.

Un fuerte abrazo para todos, Matías.

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Si comes como lechona....

Anoche mi príncipe consorte cocinó un exquisito pastel de papas, del cual me comí dos platos. Pero no digo dos pequeñas porciones, sino que un plato al lado del otro era como ver al Himalaya y al Aconcagua juntos; salvando las distancias, claro.
Inmediatamente después de terminar el segundo plato sabía que me había excedido un tantito nomás. Se preguntarán que me iluminó para llegar a esa conclusión, pues bien, la cosa fue que después de terminar las porciones, no me podía mover de la silla.
La cuestión es que en esas condiciones lo único que pude hacer fue cepillarme los dientes y meterme a la cama.
No soy médica, ni científica pero a primeras les puedo decir que irse a dormir en estas condiciones no es bueno. Y es que en vez de soñar con jóvenes musculosos y bronceados o estar tirada en una isla del Caribe y con un Daiquiri en la mano, me pasé toda la noche buscando Av. Gaona.
Y es que si comes como lechona...

... te pasarás la noche buscando Av. Gaona.

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Doña Florinda



Bienvenidos sean ustedes a:

Un blog con sabor tan dulce como un limón.
Tan agradable como martillarse un dedo.
Tan tierno como una calabaza cruda.
Tan bonito como una cucaracha.

Disfruten de mis notas delicadas y suaves como una lija y quedo a la espera diligente de sus comentarios.






¿Por qué firmar como Doña Florinda?


Pues bien.
Doña Florinda es una mujer y madre que cria sola a su hijo y lo defiende ante todo. Por 8 largos años fui una Doña Florinda en este sentido. También defendí a mis hijas, aunque en muchos casos eran un indefendible a primera vista. Ni hablar de Germán, que me agarró en la vejez, ese ya instaló su reinado en casa. Como negarle algo a esa cosita tan tierna que te llama a gritos: “MAMITA”.
No soy viuda como ella, aunque si lo fuera sería buenísimo para acelerar mi juicio de divorcio y porque la humanidad se libraría de una lacra que produce nada.
Doña Florinda es mamá, papá y mujer, siempre esperando a su profesorcillo para ofrecerle una tacita de café. Como decía Quico: "Once tacitas de café más y estreno papi Nuevo”
Pero ni pienso decirles cuantas tacitas de café serví en todos esos años, quédense con la intriga.
Doña Florinda siempre vestía y calzaba igual, sin olvidar que rara vez se la veía peinada.
Yo ando todo el día con mis chanclos, bien cómoda, mi camisolín y los pelos siempre revueltos y recogidos con un gancho.
Si hablamos de un pésimo carácter, yo tengo uno bien jodido y soy un tanto amargada. Pero cuando se trata de sacar el cuero a alguien, nadie le gana a esta Doña Florinda. Eso es lo que me propongo hacer en este sitio, no dejar títere con cabeza.
Hechas las aclaraciones y si usted es seguidor de este blog le digo:





¿No gusta pasar a tomar una tacita de café?


Ahora si no lo es, es de la chusma.
Chusma, chusma, chusma.




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